19.4.12

GISELA GALIMI


Gisela Galimi Nació en Lobos, Pcia. de Bs As. Estudió Periodismo en la USAL. Ha publicado el libro de poesía Claroscuro y Colorado (editorial Tierra Firme)). Colabora con el Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de Buenos Aires. Ganó el premio Givre a la Poesía Joven. Participó en los recitales Primavera en Libertad y Federico García por Bulerías. Trabajó en diversos medios y hoy dicta talleres de escritura publicó el libro Documentos de Comunicación Institucional (EDUCA. Es docente de la UCA. . Mail: ggalimi@hotmail.com

RAFAEL ALBERTO VÁSQUEZ


Nació en Buenos Aires en 1930. En los años 60 integró el grupo “Barrilete” y compartió la dirección de la revista del mismo nombre. También compartió la grabación de un disco con poemas leídos por sus autores y música de la ciudad, Buenos Aires vuelta y vuelta (1966). Entre 1982 y 1986, con otros poetas, formó el “Grupo de los Siete” que editó varios cuadernillos de poesía.
Publicó 7 libros de poemas: La verdad al viento (1962), Apuesta diaria (1964), La vida y los fantasmas (1968), La piel y la alegría (1973), Hay sol en Buenos Aires (1975), Cercos de la memoria (1992), Este sitio sin paz de la memoria (2007). Además, un cuadernillo editado por la Secretaría de Educación del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Rafael Vásquez-Ciclo de Poetas del 60 (2003), aproximación bio-bibliográfica sobre el poeta desaparecido Roberto Jorge Santoro, con un apéndice documental y una selección de su poesía.
Recibió el Tercer Premio “Evaristo Carriego” del Consejo del escritor (1962); la Faja de Honor de la SADE (1964); Mención en el Concurso Municipal de Literatura de la ciudad de Buenos Aires, poesía édita, bienio 1992/1993 (1998). Fue incluído en ocho antologías editadas en el país y una en el Paraguay.
Su último libro, del que fue extraída la biografía, es EXPLICACIONES Y RETRATOS (2011)

18.4.12

HORACIO GARCÍA


Horacio García nació en Capital Federal; abril del ’63. Hacia fines de ’83 se vino a la Patagonia, dice que escapando de no sé qué cosa.
Jamás participó de concursos literarios: ninguna medalla o cucarda iluminan su pecho; siempre fue amigo de los encuentros, congresos, talleres, seminarios o charlas invocadas en nombre de la literatura y abiertas a todo público. García vive con el ceño fruncido y dice que sólo mira alrededor y escribe para que el dolor lo deje en paz.
Tres de sus obras (Las ausentes; La hora; Quimérico) son textos de estudio en la Universidad Nacional del Comahue, en la cátedra de Literatura Griega Antigua y fueron representadas por el grupo “Theatron” de la ciudad del Neuquén. Una de sus obras dramáticas, Argentina. Virgen de los Dolores, fue representada por el grupo “Teadanz Experimental” en el Ámbito Histrión, ciudad del Neuquén, y seleccionada para participar del concurso provincial de teatro.
García pretende ser alfabetizador, escéptico y empleado público.
Su primer libro, Malabares (2008, Editorial Ruedamares, Nqn.), fue editado por la infatigable insistencia de aquellos que conocen sus textos; por tanto, él asegura que se desprende de lo que dijo, o de lo que no dijo. Uno de sus libros editados se llama Apuntes de electricidad eléctrica domiciliaria (2010, Editorial Llantodemudo, Cba.), pobre hombre, se aburrió más que un nene sin hamaca. Su segundo libro de poemas, Roce urbano (2010, Editorial Llantodemudo, Cba.), es el producto de las marcas que la gente va dejando en su piel. Una antología de textos dramáticos y estudios críticos, impulsada por la Universidad Nacional del Comahue, incluye las obras La hora (a solas con todos), Las ausentes y Quimérico, compuestas en los año 2009-2010-2011 respectivamente.
Este libro es el primer intento de García incursionando en el arte narrativo; dice que se hace cargo, pero hasta ahí: reconoce los múltiples errores, pero renuncia a los aciertos, éstos son de la gente, dice. Emulando alevosamente al Libro de los abrazos, de Eduardo Galeano, este libro contiene microficciones, anécdotas, reflexiones y textos que García fue acumulando a lo largo de veinte años.
García es ostracista, sin embargo, camina por la vida buscando el sitio para pertenecer. Nada lo pone más feliz que cuando la poesía llega a la gente y en ello trabaja infatigablemente. García se la pasa haciendo política, pero de ninguna manera partidaria; dice que si la poesía no es social, no merece la pena ser leída. El buey solo no siempre bien se lame, dice.
Les manda un afectuoso saludo.
Por mi parte, nada más.

10.4.12

GASTÓN SEQUEIRA

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